domingo, 25 de julio de 2010

Paris, Paris



Era escéptico acerca de París. Y es cierto que es una ciudad que vive del pasado. ¡Pero qué pasado! Hay que verlo, olerlo, oírlo, sentirlo y entonces se entiende. París es París y nada hay en el mundo que se le pueda igualar.



I was sceptic about Paris. It is true this is a city which lives on its past. But what a past! You should hear it, smell it, taste it, see it. Once you are here, you will understand. Paris is Paris and even a King changed his religion to sit down beside The Sein.




Eso sí, a todos los que vienen aquí a trabajar les dicen algo parecido a lo que se podía leer en el pórtico del Infierno de Dante: "Abandonad toda amabilidad"; la gente no acude en masa a París para encontrar un camarero amable, lo que esperan es un borde, así que si quieres hacer carrera en esta ciudad, sé antipático.




But do not expect to find any friendship here. If you come to work as a waiter you will probably hear similar words as written at the Dante Hell´s Gate. “Give up any good mood. People do not come to spend their money because your nice smile, so erase it from your face or you will not go far in this city”

martes, 20 de julio de 2010



Hi all. I rode from Holland to France. I stopped in Breda, a tiny dutch town, nothing special. One channel, one church, one old long street, one coffeshop... but all the Spaniards know it because a master artwork by Velazquez. The Breda surrender. One of the most magical paintwork of our Golden Age. Nobody in Breda knew they are in the map because an Spanish artist.





I crossed Belgium stopping in Brugge; herds were walking around and one female cop wanted to chat with me when saw my travelled motorcycle. No, darling, I am not going to spend the night here. I know the town pretty well. I left and pop in Verneu, small town, beautiful like Brugge, but isolated and quieter.




Then France. Normandy. Where the Big Day Happened. I got myself into the mud they fought and visited the graveyards. The american one was like Disneyland. Buses were parking beside the crosses to vomit their herds. Few miles away, I found a german one. Nobody disturbed their long dreams.



And finally, I go the glory. I saw Paris from my bike, but didn´t want to go in yet. Not alone, not this time.




Noche en Holanda, en Breda, donde nadie sabía que están en el maldito mapa universal por culpa de Velazquez. Cruzo a Bélgica. No son muy divertidos los países bajos. Demasiada densidad humana. Poco espacio abierto. ¿Y Brujas? ya me la conozco y hay hordas por todas partes. Mejor Verneu, más pequeño, tranquilo pero igual de bello.



Después a Francia. Más grande, poco simpática, pero impresionante. Recorrer Normandia. Homenaje a las tropas aliadas. Y también a las alemanas. Todos murieron en buena lid. Y mientras el cementerio americano es un parque de atracciones, alemán que encontré medio escondido estaba tranquilo y vacío.



Por cierto, siempre que puedo, como la cabra, tiro para el monte, para la pista, para el barro, quizá demasiado incluso.



Y por fin, después del cieno, divisar la Gloria de París. Pero sin entrar en ella solo. Hay que esperar un poco más. París bien vale una semana de paciencia.

lunes, 12 de julio de 2010

algo de Berlín y de la vida

Alternar vuelos low cost y moto ofrece una vasta visión general de la realidad. Lo más estabulado, organizado, segmentado (el precio de un billete cambia a cada minuto, a cada asiento, a cada click), estudiado y liofilizado...



Now, when I reached the ¾ part of my goal of riding Europe just in weekends, I can say this trip has been totally different any other bike journeys I’ve done because the stop, fly and go system. Is not a worse or better issue. I am having a lot of fun. Is something about life and modern world.

This trip has two souls completely apart one from each other. One soul is the big sadness of low cost flights, crowded airports, unfriendly crews, long delays, passengers treated (and acting) like sheep. I am here, among them, but I am out, far away, watching the terror movie, because I am part of the other soul.



The riding one, when you feel the freedom of getting lost on the narrowest back roads apart from motorways. Then you see how big, beautiful and savage is still our old land called Europe. Even the professional sellers hadn’t been able to market her real essence yet.



Ahora que he alcanzado las ¾ partes de mi objetivo de recorrer Europa en fines de semana puedo decir que este viaje está siendo totalmente diferente de otros. No es que sea mejor o peor, es algo acerca de la vida moderna.

Este viaje tiene dos almas completamente diferentes. Una es la gran tristeza de los vuelos baratos, los aeropuertos atestados, las tripulaciones hostiles, los retrasos, los pasajeros tratados (y comportándose) como ovejas.

La otra alma es la que vivo sobre la moto. La libertad de perderse por las carreteras secundarias para ver como de grande, bella y salvaje es todavía esta vieja tierra nuestra llamada Europa. Incluso los mercaderes profesionales no han sido capaces todavía de vender su verdadera esencia.

We did it.

No words today. My face (and the face from the guy in orange) is enough.




No hacen falta palabras. Mi cara (y la del chico de naranaja) son suficientes.

domingo, 11 de julio de 2010

In the Big History



Mañana tal vez despertemos, pero hoy podemos soñar. Estoy en Amsterdam para enfrentar la horda naranja. Tonto o héore, ¿hay alguna diferencia?

viernes, 9 de julio de 2010

The Polish ride



De nuevo en Berlín he decidido que había que hacer dos cosas. Una era seguir el curso del Ejército Soviético en su ataque sobre la ciudad con 2 millones y medio de soldados. La mayor fuerza ofensiva de la Historia. El hecho de que la capital resistiera semanas tamaño embate sabiendo que todo estaba perdido dice mucho de la capacidad de los alemanes (a los cuales robamos la camisa ayer en el Mundial).




La otra era visitar la fábrica de BMW Motorrad, o sea, el lugar de nacimiento de mis amadas princesas. Por cierto, hablando de princesas, ésta que estoy conduciendo ya se ha ganado su nombre. La compré no hace mucho de segunda mano con 45.000 km a un policía. El precio me resultó irresistible y necesitaba darle un respiro a Little Fat, que se ha ganado a pulso ser mi favorita y disfrutar por ello de un estatus que la dispensa de gastar su mecánica en un terreno tan fácil como Europa. Para ella están reservadas nuevas metas de las que ya hablaré cuando corresponda.




Llevamos juntos ya más de 5000 kilómetros y hemos alcanzado algunas de las capitales míticas de Europa. Ha logrado sus galones en mi afecto. Y un nombre. Aunque tengo dudas, por una parte me apetece llamarla Jackie the Tripper pero inmediatamente siento que merece ser llamada Red Jackie, por su color y por los países que está rodando. No se lo que opináis, y os invito a decantaros por uno. El caso es que Jackie se ha encontrado con que no todo es de color asfalto en su viaje.





Siguiendo el curso inverso del ataque ruso, hemos entrado en Polonia. Pensaba hacer una mera visita de cortesía al país, recorrer un poco su frontera y regresar a Berlín porque mañana viene un buen amigo con ímpetu de erudito para revivir los zarpazos de la ofensiva total que pondría fin a la guerra con el suicidio de un acorralado Hitler. Cualquiera que haya visto la magnífica película El Hundimiento, sentirá una emoción especial buscando los vestigios de la batalla.




O sea, que no tenía más misión en Polonia que corretear por la frontera y volver a Alemania. Pues bien, al poner en el GPS el primer pueblo polaco que me ha saltado a los ojos al abrir el mapa, el caprichoso aparato me ha metido por una pista forestal sin limpiar en todo el invierno. Por allí no había pasado nadie desde hacía meses. El paisaje era abrumador, boscoso a ratos, con ciervos huyendo de mi motor, y a ratos cerealístico.



Con el trigo muy alto y muy amarillo, era como recorrer un país amarillo e insólito. El piso tan arenoso como un desierto africano. Ha sido una divertidísima sorpresa, con caída incluida en una curva arenosa. No soy un piloto de enduro. Me gustan las pistas y las trialeras, pero no tengo pericia de endurero y como siempre viajo solo, nunca arriesgo en el terreno grueso.



No se puede decir que sea un experto. Eso sí, me lo paso como un enano y por pura necesidad he superado tramos dificilísimos en Asia, África, Oriente Medio, Turquía o América. El terreno no me detiene. En ese sentido soy como un panzer. En fin, un regalo inesperado en Polonia.



miércoles, 7 de julio de 2010

Travelling with my mother



The third leg of this European trip was going to be a ride between the two Europes, the Western and the Eastern ones. Starting in Austria, heading Slovakia, crossing Chezck Republic and ending up in the most visible sign of the former borders: Berlin.



I was not alone this time. My brave mother was with me. She is 72 but still strong. My present for her was a tamdem parachuting jump. When she landed, she wanted to jump again.



In Wien we visited my two goals. The Belvedere, to watch the Klimt and Schiele art works, and the Prater, to put on the big famous wheel. Remember The Third Man, from Graham Green and the film by Orson Welles.



In Prague we had two nights just walking around fascinated by the beautiness. The city is an open art museum. And the beer is great. We were always thirsty.








The small roads we took across the green countryside were amazing and my mother was so happy.



And, of course, when we arrived Berlin I could say Ich bin ein berliner as I did in New York, Samarcand or Cape Town. I was there because I arrived step by step, mile by mile, suffering cold, hot, rain and wind. And my mother was there to see her son getting a new small triumph.